miércoles, 22 de mayo de 2013

Cuando aprender se vuelve fácil

A lo largo del mes de mayo hemos puesto en marcha dos nuevos cursos, dirigidos en esta ocasión a niñ@s y jóvenes del programa.

El primero de ellos ha consistido en un “Taller de técnicas de estudio”, destinado a facilitar estrategias a niños de Primaria y E.S.O. para que pierdan el miedo a estudiar, y aprendan a enfocarlo de una formas más fácil y rápida. El trabajo, organizado en sesiones, se ha realizado a lo largo de dos semanas.

El taller, coordinado por una voluntaria del programa licenciada en Psicología, surgió como una forma de facilitar apoyo extra a las familias acogedoras en su actividad educativa cotidiana.

Esta primera convocatoria se ha puesto en marcha con un pequeño grupo de niños, con la idea de que el trabajo con ellos fuera lo más personalizado posible, así que, ¡esperamos poder repetirlo en breve con un nuevo grupo!

martes, 14 de mayo de 2013

"Una familia es el mayor tesoro que se puede tener"

La vida de Isabel y Rafael cambió y cobró un nuevo sentido hace ahora nueve años. También la de José Ramón y su hermana pequeña. La historia de este matrimonio almeriense y sus dos hijos de acogida es la de un amor a primera vista, un flechazo que a diferencia de muchos de los romances que aparecen en las novelas o en las comedias románticas, perdura y se mantiene vivo casi una década después. Ahora que José Ramón ha alcanzado la mayoría de edad, todos echan la vista atrás para repasar las experiencias compartidas y reafirmarse en que “una familia es el mayor tesoro que se puede tener”, como dice Isabel.

Tenían una vaga idea sobre el Acogimiento Familiar hasta que comenzaron a informarse atraídos por la posibilidad de convivir con un niño o niña extranjero los meses de verano. No sabían que también aquí, en su propia ciudad, había niños que necesitaban una familia y que esperaban contar con el cariño que ellos podían darles. Con los miedos habituales que surgen antes de tomar una decisión tan importante, aunque con ganas ya de dar el paso para ser padres de acogida, pensaban en cómo les gustaría que fuese su nueva familia. Isabel y Rafael querían acoger a un niño o niña, a poder ser con una edad entre los 4 y 7 años, para que contara ya con cierta autonomía y a la vez pudieran educarle en valores que ellos consideraban básicos. Su idea preconcebida dio al traste cuando los trabajadores que en aquel momento gestionaban el Programa de Acogimiento Familiar de la Junta de Andalucía les comentaron que había un par de hermanos que encajarían a la perfección con ellos. Lejos de poner obstáculos, Isabel y Rafael decidieron conocer a los niños y desde el primer momento se dijeron que, sin duda, ellos conformarían su nueva familia. “Fue inexplicable. Fue verlos y decir, son nuestra familia”, explica Rafael.

Así nace un hogar

José Ramón y su hermana residían en un centro de acogida de menores de Almería cuando las personas que entonces los cuidaban les preguntaron si querían conocer a unos amigos, ir a merendar con ellos, salir a dar un paseo… sin ser conscientes en ese primer momento de que una nueva vida se abría ante ellos. El matrimonio coincide en que “la fase de adaptación no fue nada complicada”. Los primeros pasos consistieron en quedar los fines de semana para compartir unas horas con los niños y, tras unas semanas, los hermanos pasaban todo el fin de semana en casa de Isabel y Rafael, experimentando ya una auténtica convivencia. “La diferencia es muy grande”, comenta José Ramón. “Aunque en el centro nos trataban muy bien, allí el cariño se reparte entre todos los niños mientras que con unos padres la atención y el cariño son solo para ti, no es lo mismo”.

A pesar de que desde el comienzo José Ramón apreció la suerte que era contar con unos padres como Isabel y Rafael, si le hubieran ofrecido ser acogido por ellos sin su hermana no lo habría aceptado. “Yo no me hubiera ido sin mi hermana”. “También tenemos a nuestra madre biológica, con la que nos llevamos muy bien y a la que quiero mucho, pero mi hermana es lo más importante para mí”, relata José Ramón.

Y lo mismo dicen sus padres de acogida, que afirman que “a pesar de que queríamos solo un niño o una niña, ni nos lo pensamos cuando nos propusieron a estos dos hermanos. Creemos que es fundamental que ellos estén juntos”. Por eso Isabel anima a las personas que quieran acoger a que den la oportunidad a grupos de hermanos, sean dos o incluso más. “Además de la satisfacción de acogerlos, ellos te ayudan y te apoyan, por eso le digo a la gente que no tenga miedo a dar el paso porque sean hermanos. El apoyo y el cariño se multiplica y ese es el mayor tesoro que existe”. “Si volviera a nacer, volvería a hacer exactamente lo mismo”, sentencia.

Dos madres, un padre y “muchas tías”

El papel del equipo técnico del Programa de Acogimiento Familiar de Menores de Cruz Roja es esencial para que sucedan historias tan hermosas como esta. “Aunque han sido unos niños muy buenos, siempre hemos contado con el apoyo de Cruz Roja. Para cualquier pequeña dificultad o duda siempre han estado ahí, y no sólo en posibles problemas con los niños, sino también para asuntos burocráticos. Nos han ayudado en todo”, destaca el matrimonio. De hecho, Isabel insiste en que “yo creo que hemos tenido más ayuda que cualquier otro matrimonio porque no existe ningún libro que te diga cómo ser buenos padres, así que todos tenemos las mismas dudas”.

José Ramón tiene claro que Isabel y Rafael han sido los mejores padres para él y su hermana. “Siempre han estado pendientes de nosotros y si han tenido que castigarnos, por nuestro bien, lo han hecho”. “Yo no veo diferencia entre los padres de mis amigos y los míos”, comenta. Ha tenido la suerte de contar con dos madres, un padre, y como dice refiriéndose a las técnicos del Programa de Acogimiento de Cruz Roja, con “muchas tías”. “Las cosas que quizás no quería contarle a mis padres podía decírselas a ellas y ellas siempre me aconsejaban y ayudaban”, explica el joven.

Por supuesto, la relación con su madre biológica nunca ha supuesto un problema para que el acogimiento haya ido bien. De hecho, la madre de estos dos hermanos está muy agradecida a Isabel y Rafael por la oportunidad que les han brindado a sus hijos y, por parte de los padres de acogida, siempre se ha facilitado la relación. Si bien este es uno de los principales miedos a los que se enfrentan las personas cuando deciden acoger, Isabel insiste en que “en nuestro caso no ha supuesto ningún problema, no hay que tener miedo por eso. Es su madre y eso no se lo puedes quitar”.

La base, cariño y respeto

No existen recetas ni libros para que una familia funcione, tanto en el caso del acogimiento como en una familia unida por lazos biológicos. Cuando se les pregunta sobre que les dirían a otras personas interesadas en acoger, Isabel y Rafael contestan que “esto hay que vivirlo. Cuando lo vives ves lo que te dan, que es lo mejor del mundo”. “Pueden surgir problemas como en cualquier familia pero con cariño y respeto se superan. Los niños se adaptan a tu forma de ser, además, el que sean dos hermanos ha jugado a nuestro favor, eso les ayuda a ellos y a los padres acogedores”, explican.

Probablemente, esos dos ingredientes, cariño y respeto, son los que han hecho que para José Ramón, ahora que ya ha cumplido 18 años, nada haya cambiado. Ni siquiera se plantea otras posibilidades que vayan más allá de seguir compartiendo su vida con su familia. “Para mí esto no tiene parte mala”, comenta con la naturalidad de quien de verdad valora lo que significa contar con el amor incondicional de unos padres.

Entrevista realizada por:

María del Mar Carrillo Ávalos
Responsable de Comunicación
Cruz Roja Española en Almería